Las más golpeadas por la crisis económica desatada por la pandemia del coronavirus son las madres que no tienen la opción de trabajar de forma remota. Por años ha sido más fácil para las mamás y papás que pueden trabajar desde la casa equilibrar sus responsabilidades familiares con las laborales. Enfermeras, operadores de maquinaria, vendedores y empleados en el sector de turismo y hotelería son algunos ejemplos de quienes no tienen el lujo de trabajar a distancia gracias a la tecnología. Esta división digital está alterando no sólo la cantidad de hijos que las personas tienen si no también, quién tiene hijos.
La revolución tecnológica en el trabajo está transformando la vida familiar.
La flexibilidad ofrecida por el trabajo remoto es algo que compatibiliza mejor con las responsabilidades que traen los niños, que se pueden enfermar o tener un trabajo en el colegio de último minuto. Las restricciones horarias que normalmente imponen las oficinas se flexibilizan con el uso de la tecnología, permitiendo trabajar a distintas horas mientras los niños duermen o cambiarte de ciudad sin perder tu trabajo. Además, si ambos padres tienen trabajo remoto, ayuda a equilibrar la división de las responsabilidades domésticas y familiares, tomando turnos para cuidar de las cosas.
Un estudio hecho en Italia mostró que hay un impacto positivo entre la flexibilidad y estabilidad que ofrece una empresa a sus profesionales con las tasas de fertilidad. Otros estudios hechos en Alemania y Rusia al final de la primera década de este siglo mostraron también que la democratización del acceso a internet de banda ancha aumentó las tasas de fertilidad, pero principalmente entre mujeres con educación superior. Y esto es porque la mayoría de los trabajos que se pueden hacer de forma remota necesitan de un título universitario.
La mayoría de los trabajos que no se pueden hacer a distancia imponen horarios inflexibles y salarios menores, dificultando el cuidado de los hijos.
Esa división digital sumada a las dificultades económicas, el aumento del desempleo y la crisis sanitaria están haciendo que tener y cuidar hijos sea un privilegio de quienes tienen más recursos. Lo que es una muestra de que la utilización de la tecnología está lentamente cambiando el paradigma bien establecido el siglo pasado en el cual las mujeres de menores recursos tenían más hijos, mientras que las más educadas tendían a tener la menor cantidad de niños.
Es importante entonces tomar consciencia de cómo la democratización y uso del acceso a internet y las tecnologías pueden afectar la vida de diferentes profesionales y cómo ofrece oportunidades para muchas mamás y papás que, sin el uso de plataformas como Zoom y Whatsapp, si la pandemia hubiese pasado unos años atrás, también habrían tenido que renunciar o cambiar más drásticamente sus vidas para seguir equilibrando las responsabilidades familiares y profesionales.
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https://academic.oup.com/cje/article-abstract/37/6/1303/1730517?redirectedFrom=fulltext
https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/00324728.2019.1584327
