La crisis sanitaria puso en alerta nuestra salud, nuestros bolsillos, nuestras actividades y hasta el futuro de nuestros empleos. Tuvimos que adaptarnos rápidamente al trabajo remoto y la flexibilización de los horarios y ahora que ha terminado el 2020, muchos se están preguntando: ¿es realmente necesaria la oficina?
El teletrabajo es una práctica que ya existía hace un tiempo y que estaba bien implementada en empleos más relacionados con la tecnología o en plataformas de freelance, por ejemplo. Sin embargo, muchos lo criticaban diciendo que el clima de irregularidad en el que se creaba era propenso a la explotación de los trabajadores y a condiciones laborales precarias, entre otras cosas.
Según PWC, 72% de los profesionales encuestados está interesado en trabajar más de tres días a la semana lejos de la oficina incluso sin pandemia.
Después de 2020 la mirada sobre el teletrabajo ha cambiado. Antes de la pandemia, 67% de los empleados trabajaba menos de un día por semana de forma remota y ahora más de 90% estuvo desempeñándose de forma remota durante meses. Claro que no todos pueden hacer el trabajo a distancia, esto es más adecuado para aquellos empleos llamados “de conocimiento”, donde se necesita investigar, trabajar con datos, escribir y comunicarse sin que se necesite presencia física.
No importa si una empresa decide volver totalmente a la oficina o implementar de lleno el trabajo remoto, los empleados están muy atentos a ver qué es lo que va a pasar con ellos y es esencial que Recursos Humanos evalúe claramente cómo hacer la cultura remota exitosa.
Hay que considerar el acceso a internet de alta velocidad para los profesionales de tu empresa, antes de hacer el teletrabajo la norma.
Para hacer esta evaluación las empresas necesitan tener en cuenta varios factores que les permita diseñar la cultura organizacional más adecuada para ellas. La revista Harvard Business Review publicó un índice de “preparación para el distanciamiento social” de varios estados y naciones donde evaluaron la solidez de las plataformas digitales, la democratización del acceso a internet, la velocidad de conexión y los costos asociados a todo ello. La conclusión es que el teletrabajo parece ser más adecuado para los más ricos.
Además de los factores materiales que deben ser evaluados dentro de cada empresa, es importante también tener en cuenta el factor cultural del lugar al que pertenecen sus empleados y el valor que se le da a las diferentes formas de comunicación, para ver si tiene los mismos efectos psicológicos una reunión presencial que una por videollamada o e-mail. Es fundamental hacer este análisis para poder crear una cultura de teletrabajo a la medida de la comunidad profesional de tu organización.
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