Teletrabajo como nueva modalidad.

Recientemente, el Senado de México, uno de los países más grandes de América Latina y conocido por tener una capital caótica en términos de tráfico, aprobó por unanimidad regular y promover el trabajo a distancia como una posibilidad de empleo y autoempleo en ciertas actividades, mediante el uso intensivo de las tecnologías digitales.
Mientras tanto, otros países como Perú, Argentina e incluso Chile, están siguiendo los mismos pasos frente a una tendencia que es creciente en los países de esta región. Y es que sin duda, los beneficios del teletrabajo han demostrado ser positivos no sólo para los trabajadores, sino también para las empresas.
Si revisamos el éxito en el nivel de aprobación en el caso mexicano, las razones que esgrimen los parlamentarios para estar de acuerdo con regular esta modalidad se basan que es una herramienta que contribuye al desarrollo de sociedades más inclusivas y con mejor calidad de vida.
Inclusiva porque esta figura laboral permitirá emplear a personas con discapacidad, mujeres que son jefas de hogar, jóvenes y adultos desempleados o personas que viven en lugares lejanos y de difícil acceso.
Mientras que por el lado de la calidad de vida, es una opción para ahorrar dinero y tiempos de desplazamiento entre el hogar y la oficina, tiempo que se puede dedicar a la familia o actividades de la esfera personal. Además, puede mejorar de manera significativa la alimentación y la salud, disminuyendo los niveles de stress.
Por otra parte, el teletrabajo implica que al reducir la necesidad de uso de transporte, permite bajar también la congestión urbana y los problemas ambientales que esta conlleva.

¿Y cuáles son los beneficios para las empresas?

Mirando desde la otra vereda, también existen una serie de beneficios para las organizaciones. En primer lugar, está demostrado que el teletrabajo aumenta la productividad, ya que esta modalidad tiene un enfoque basado en resultados, pero, además, el colaborador tiene un mejor balance entre su vida personal y laboral y tiende a ser más productivo.
Relacionado a lo anterior, un empleado que trabaja feliz y tiene beneficios derivados del teletrabajo, se traduce en un nivel de retención mucho mayor, ya que estará más comprometido con la empresa y con querer mantener su trabajo.
En otro ámbito, el trabajo a distancia permite que se incorpore a una masa crítica de mujeres profesionales que han dejado de trabajar producto de la maternidad, ya que la falta de flexibilidad de las empresas les hace difícil compatibilizar el trabajo y la familia. Estudios señalan que las organizaciones que cuentan con al menos un 30% de mujeres en puestos de liderazgos, aumenta en un 15% la rentabilidad de la compañía.
Por último, existe un ahorro en de costos fijos que están directamente relacionados a la presencia física de los empleados en una oficina. Espacios de trabajo, equipamiento, costos de mantención de la misma oficina y gastos de insumos y servicios básicas suman al final del día.

Países del cono sur que se suman

Colombia fue uno de los primeros países del Latinoamérica en implementar políticas de teletrabajo, y le siguié recientemente México. Pero no son los únicos en este camino. Los gobiernos de los distintos países del cono sur están reconociendo que las condiciones de trabajo han cambiado, al igual que las relaciones profesionales, donde las generaciones más jóvenes también están exigiendo una evolución en el paradigma de la forma de trabajo.
Perú aprobó a fines de julio el Plan Nacional de Competitividad para impulsar el crecimiento económico, donde una de las medidas es la modificación de la Ley que regula el Teletrabajo, con el fin de fomentar la adaptabilidad de trabajo a las distintas condiciones de vida y tendencias del mercado laboral.
En tanto, en nuestro país ya se está escuchando con fuerza el término “teletrabajo” desde el gobierno. En abril crearon el Día del Teletrabajo como una iniciativa que apoya el proyecto de trabajo a distancia y, en estos días, se anunció que se puso suma urgencia al proyecto de adaptabilidad laboral.
¿Quién será el siguiente en sumarse a esta nueva realidad laboral?